sábado, 27 de diciembre de 2008

De UN LIBRO DE VAMPIROS

FÁCIL SER VAMPIRO

Es fácil vencer los días
cuando se es vampiro,
correr los velos
y las moronas yacentes
–bendecidas por la santidad
de un fuego mortal, inalcanzable–
o cuando el tembloroso frenesí
de los cuerpos que tumbados por el sueño
favorecen al miedo y a la pesadilla.
Se hace fácil ser vampiro
cuando el deseo
adormece las plateadas encías
y algún astro
serpentea en las líneas del cuadrante.
No brilla más el sol.
Escasea la luz
o es la luz apenas una escarcha
de silencioso centípedo
que vacilante arrastra
a las tímidas presencias de la noche.
Es fácil escurrirse en los abrigos,
perpetrar en aposentos de cobriza pulcritud;
permanecer alelado en un reflejo sanguíneo
o dando palos de ciego
en las prendas sudorosas de la víctima.
Se hace fácil ser vampiro.
Merecer el tedio,
abrazar la estirpe
de los que van y vienen
entre la estepa lunar
y una calle solitaria.
Lo que no resulta fácil
es cuidarse del espejo y el reflejo
porque en ellos hacen señas
la crueldad, la soledad,
la vida que no acaba.
RAFAEL SERRANO

1 comentario:

Akeronte dijo...

Es fácil ser vampiro si se es hábil superando el día y el reflejo.

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