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SOBRE ELLA

La poesía es para leerla, no para hablar de ella.

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Si el poeta es un pequeño dios,
contemplad su pequeña creación
y creed en ella con devoción...

PARTE DE GUERRA
FWS95 declaró en un tribunal de La Haya
que fue violada 150 veces en 45 días
por un grupo de soldados serbios.
FWS95: mujer, 35 años, Bosnia.
FWS95 son las siglas de su nueva identidad.
A los testigos se les protege haciéndoles siglas
el nombre.
La guerra es distinta para cada quien,
para FWS95 las bajas son considerables:
esterilidad permanente
atrofia muscular en la vagina y en el ano
seis contagios sexuales distintos
ciclo menstrual anárquico
depresión
insomnio,
cada minuto de sueño que construye es detonado por
alguna explosión de la memoria.
FWS95 es un cuerpo que late y que espera.
Protegida detrás de un cristal de espejos, FWS95 ha
identificado a dos de sus violadores:
Kunarac alias Dragán, comandante serbio, 40 años
Kovac alias Klanfa, sargento serbio de 39.
El resto eran soldados sin nombre
ni cara ni rango,
eran sudor
saliva en el cuello
gemido licuado en el oído.
La batalla de FWS95 fue librada en Foca
Sureste de Sarajevo
entre el 13 de julio y el 13 de agosto de 1992,
según sus cálculos, claro;
es complicado medir los días cuando el tiempo se
mide en soldados serbios que te caen encima,
¿qué sistema es ése?
¿qué soldado es un minuto y cuál un siglo?
FWS95 omite de su testimonio el resto de las bajas:
su esposo
sus hijos
sus hermanos
sus padres
su casa su automóvil
su canario.
FWS95 tenía 27 años en aquel mes de 45 días
tiempo medido en soldados,
de vida abierta y noche cerrada.
Ha llegado a los 35, con las letras y números que le
quedan de nombre
del sureste de Sarajevo al tribunal de La Haya,
con más voluntad que aliento
a declarar su parte de guerra.
FWS95 ha ganado la guerra a su manera,
no recibirá medallas ni honores,
no tendrá una estatua en Sarajevo.
Le queda una memoria que quisiera olvidar,
un rostro donde en los días de sol puede
dormirse un rayo tibio,
y tres letras
y dos números
por nombre.

JORDI SOLER, 2001.

Jordi Soler, 1996

DEFENSA DEL EBRIO QUE CAE EN EL BAR

Abran campo que ahí voy,
háganme un espacio
en el colchón del ridículo.
Estoy ebrio como un barco
y tengo derecho
a un lugar en ese lecho.
Será una caída limpia,
búrlense si quieren,
es asunto suyo.
Lo mío está en caer.
¡Al diablo con tanto cuidado de sí mismo!
Tanta mesura,
tanta compostura y corrección.
Veo otr s a mi alrededor pogueando,
intentan romperse a codazos
y eso no está mal visto.
Veo parejas de desconocid@s
fingiendo familiaridad,
ignorando la precariedad de los afectos.
¿Por qué tales conductas
no resultan censurables
y en cambio la mía sí?
¿Acaso porque prefiero hacérmela solo
y no a dúo o en coro?
Tod s estamos haciendo el ridículo
en este lugar, ¿cómo no notarlo?
Así que abran campo,
háganme un campo
en la blanda espuma del ridículo.

JOHN GALÁN CASANOVA