sábado, 31 de octubre de 2009

Lucien medianoche

Morir es éxtasis.
No soy un maestro, ni un
Sabio, ni un Roshi, ni un
escritor o profesor, ni siquiera
un vagabundo del dharma risueño, soy
hijo de mi madre & mi madre
es el universo—
Qué es este universo
sino un montón de olas
Y un deseo anhelante
es una ola
Perteneciente a una ola
en un mundo de olas
Entonces... ¿para qué humillar
a ninguna ola?
Ven, ola, ¡OLA!
El rebuzno del burro
brotando, jijo
Es una triste sacudida solitaria
por tu amor
Amante ola

¿Y qué es Dios?

Lo inexpresable, lo inenarrable...


Jack Kerouac

miércoles, 28 de octubre de 2009

El jazz se suicidó
pero no dejó suicidarse a la poesía

No temas
al frío aire nocturno

No escuches a las instituciones
cuando devuelvas manuscritos
a la arenisca

no saludes & no pelees
por los pioneros de Edith Wharton
o la prosa de Nebraska de Ursula Major
cuelga simplemente en tu patio
y ríete jugando amablemente
pastel trombón
& si alguien te da perlas
juju, judío, o cualquier otro,

duerme con ellas alrededor del cuello

Tus sueños serán mejores

No hay lluvia
no hay yo,
te lo digo, tío
Seguro como la mierda.
Jack Kerouac

martes, 27 de octubre de 2009



Esta preciosa ciudad blanca...

Esta preciosa ciudad blanca
al otro lado del país
No me resultará
adecuada nunca más
He visto el movimiento del cielo
Dije: "Esto es el fin"
Porque estaba cansado
de todos esos presagios
Y en cualquier momento en que
me necesites
Llama
estaré en el otro
extremo
Esperando
en la pared final.


Jack Kerouac

domingo, 25 de octubre de 2009



Blues

Y se sienta tétrico
en un cofre marrón
Ante los pálidos sacerdotes

Y señala delicadamente
al cielo
Con palma y dedo índice

Y tiene un halo
de puerta negra

Y tiene una nariz aguileña
vigilante que ama odiar

Pero ha aprendido a meditar
Y no es bueno odiando

Por eso observa, rosado laurel
en la cabeza
A espaldas del príncipe Avalokitesvara
que acaricia con mano de nieve
Y ensarta de perlas
la majestad del mar


Jack Kerouac

sábado, 24 de octubre de 2009



¡Eh! escucha a tus auditorios poéticos...

¡Eh! escucha a tus auditorios poéticos
si es que no callas
y escucha la poesía
ves... pondremos un chico a la puerta
y que eche a todos los que odien
para siempre

Después, si no te gusta el tema
del poema que el poeta
está leyendo, ¡coño! ¿por qué no
haces la prueba con Marlon Brando
para que te abra los ojos
con su llanto?

¿Ha muerto James Dean?
¿Y todos nosotros?
¿Quién no está muerto?

John Barrymore ha muerto
—San Francisco croa
acompañando a la rana.

Jack Kerouac

viernes, 23 de octubre de 2009



Es tu amigo, déjalo soñar...

Es tu amigo, déjalo soñar;
no es tu hermano, no es tu padre,
no es San Miguel, es un chico.

Está casado, trabaja, va a dormir
al otro extremo del mundo,
va a pensar en la Gran Noche Europea.

Le explico a él, a ti, mi camino no es el vuestro,
Niño, Perro —escucha: vete a buscar tu alma,
vete a oler el viento, vete lejos.

La vida es una pena. Acerca el libro, vamos,
no escribas más en las paredes, en la luna,
la del Perro, en el mar, en el fondo nevado.

Vete a buscar a Dios en la noche, también en las nubes.
¿Cuándo se detendrá este gran círculo en el cráneo?
¡Oh Neal!; hay hombres, cosas, afuera que hacer.

Enormes tumbas tremendas de Actividad
en el desierto de África del corazón,
los ángeles negros, las mujeres en la cama
con sus hermosos brazos abiertos para ti
en su juventud, suplicando algo de
Ternura en el mismo sudario.

Las grandes nubes de nuevos continentes,
pies cansados en climas tan misteriosos,
no bajes hasta la otra parte para nada.


Jack Kerouac

jueves, 22 de octubre de 2009


A Edward Dahlberg

No utilices el teléfono
la gente jamás está dispuesta a responder,
utiliza la poesía.


Jack Kerouac

miércoles, 7 de octubre de 2009


IMPRECACIÓN DEL HOMBRE DE KENYA

¿Y si me da la gana de atravesar a nado el enorme río?
¿Y si me da la gana de empinarme más que la jirafa?
¿Y si me da la gana de hacerme con la piel del ocelote un escudo y con su cola
un adorno?
¿Y si me da la gana de ganarle en la carrera a la gacela?
¿Y si me da la gana de asustar al león con sólo un grito y una tea encendida?
¿Y si me da la gana de hacer del elefante mi amigo?
¿Y si me da la gana de cazar al cocodrilo con sólo un palo aguzado?
¿Y si me da la gana de hincar los dientes en la fruta, en la pulpa de la niña o en el
hombro de mi enemigo?
¿Y si me da la gana de tallar en un trozo de ébano la cabeza de la niña?
¿Y si me da la gana de los sortilegios?
¿Y si me da la gana de palpar todo mi alto cuerpo lustroso?
¿Y si me da la gana de empaparlo con aceites?
¿Y si me da la gana de coronar mi cabeza con multicolores penachos
cimbreantes?
¿Y si me da la gana de llevar a la niña al lugar en que el bosque canta?
¿Y si me da la gana de oler sus axilas entre las altas hierbas?
¿Y si me da la gana de oler su sexo asaltado por las hormigas?
¿Y si me da la gana de escuchar su dulce queja?
¿Y si me da la gana de danzar con ella la nocturna danza del amor?
¿Y si me da la gana de que los gallos salvajes se esponjen en torno nuestro?
¿Y si me da la gana de que las luciérnagas se prendan a los largos pezones
morenos de mi niña?
¿Y si me da la gana de que toda la tribu muestre sus dientes de coco, riendo con
mi hijo recién nacido?
¿Y si me da la gana de ver a centenares de niños jugando con el agua, las frutas
y el lodo en nuestra aldea?
¿Y si me da la gana de oír a nuestras mujeres piloneando el millo?
¿Y si me da la gana...?
¿Y si me da la gana de trepar hasta la cima del monte Kenya para ver desde allí
mi país, todo mi país, toda mi gana?
¿Y si me da la gana de tenderme al sol para medir con mis hombros y
mis riñones y mis piernas toda mi tierra, mi tierra, mi tierra nativa?

¡Ay, ay, ay!
¿Dónde está esa tierra, la que fue mi tierra, mi tierra propia?
¡Apenas le alcanza el día al sol para lamer con su lengua caliente esa
tierra, toda la tierra que rodea al que fue mi monte Kenya,
y el hombre kenyata no tiene ya de su tierra con qué hacerse una estrecha casa
de muerto!

¿Y si me da la gana…?
¡Gana de mi libre gana!
Jorge Zalamea

http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz1.php&wid=953&p=Jorge%20Zalamea&t=Imprecaci%C3%B3n%20del%20hombre%20de%20Kenya&o=Jorge%20Zalamea

viernes, 2 de octubre de 2009

POEMA DE LOS DONES

Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.

De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden
las albas a su afán. En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduos como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría.
De hambre y de sed (narra una historia griega)
muere un rey entre fuentes y jardines;
yo fatigo sin rumbo los confines
de esta alta y honda biblioteca ciega.
Enciclopedias, atlas, el Oriente
y el Occidente, siglos, dinastías,
símbolos, cosmos y cosmogonías
brindan los muros, pero inútilmente.

Lento en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.
Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
otro ya recibió en otras borrosas
tardes los muchos libros y la sombra.
Al errar por las lentas galerías
suelo sentir con vago horror sagrado
que soy el otro, el muerto, que habrá dado
los mismos pasos en los mismos días.
¿Cuál de los dos escribe este poema
de un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?
Groussac o Borges, miro este querido
mundo que se deforma y que se apaga
en una pálida ceniza vaga
que se parece al sueño y al olvido.

Jorge Luis Borges